En una ciudad entre lo informal y lo establecido: ¿dónde queda el comercio formal?
El vendedor ambulante es parte del día a día en muchas ciudades mexicanas. En el Centro Histórico de la Ciudad de México, por ejemplo, miles de vendedores se instalan en calles y corredores emblemáticos, modificando el entorno urbano y comercial. Su presencia no es nueva, pero sí ha ganado protagonismo en los últimos años.
Para las tiendas a pie de calle, esta realidad representa un reto que exige adaptarse, fortalecer su propuesta de valor y tomar decisiones informadas para destacar en un entorno compartido.
Ambulantaje en crecimiento: un fenómeno urbano consolidado
De alternativa económica a presencia cotidiana
El comercio ambulante ha crecido notablemente en los últimos años. Según Posta (2024), comerciantes del Centro Histórico estiman la presencia de más de 10 mil vendedores ambulantes en esta zona. La alta afluencia peatonal, combinada con la diversidad de productos, ha convertido a estas calles en puntos de alto movimiento comercial.
El entorno: calles compartidas y nuevos hábitos de consumo
La presencia de estos puestos transforma el entorno: altera los flujos de paso, genera nuevos puntos de atención para el consumidor y redibuja la dinámica de compra. Para las tiendas formales, esto puede representar una disminución en la visibilidad o el acceso directo al local, pero también una oportunidad para repensar su propuesta desde el conocimiento profundo del entorno.
¿Qué perciben las tiendas frente al vendedor ambulante?
Cambios en el comportamiento del cliente
Comerciantes formales entrevistados por El Congresista (2024) reportan caídas de hasta 60 % en sus ventas, atribuibles a factores como el cambio en los flujos peatonales y la competencia inmediata por productos similares. El tránsito se vuelve más lento, la visibilidad más reducida y, en muchos casos, la permanencia del cliente disminuye.
Una competencia distinta
El vendedor ambulante suele ofrecer productos de impulso, de bajo costo o de alta rotación. En ese sentido, compite directamente en categorías específicas, pero difícilmente puede replicar la experiencia, el servicio personalizado o la confianza que genera una tienda formal. Este es un punto clave para construir ventajas competitivas sostenibles.
Entender al vendedor ambulante para encontrar oportunidades
¿Quién es el vendedor ambulante?
De acuerdo con el estudio “El comercio ambulante y la apropiación del espacio público en el Centro Histórico de la Ciudad de México” (García Arellanos, 2021), este tipo de comercio responde a múltiples factores: búsqueda de ingresos, cercanía con el cliente, flexibilidad operativa y ubicación estratégica. Su presencia no solo es económica, sino que también responde a cómo se vive y se utiliza el espacio público.
Este tipo de comercio se ha convertido en un actor más del ecosistema urbano. En lugar de verlo únicamente como una amenaza, es útil reconocer que su presencia es un dato del contexto que puede informar mejores decisiones para el retail formal: desde el diseño del escaparate hasta la segmentación de promociones y la optimización de horarios.
Cómo sobresalir en un entorno compartido
1. Potencia lo que te hace diferente
Las tiendas formales pueden destacar por lo que ofrecen que el ambulantaje no puede replicar fácilmente:
- Garantías y confianza en el producto
- Atención personalizada
- Ambientes cómodos, seguros y organizados
- Opciones de pago, promociones y servicios posventa
Recordar al cliente por qué elegir tu tienda es valioso en un contexto de alta oferta visual y de precios.
2. Usa los datos a tu favor para recuperar la atención
En el comercio físico, todos buscamos lo mismo: un flujo constante de personas interesadas en entrar, explorar y comprar. Sin embargo, cuando una parte importante de ese flujo se siente atraída por opciones en el entorno —como el comercio ambulante—, las tiendas formales pueden perder visibilidad e impacto, aun estando en una buena ubicación.
Aquí es donde la tecnología se convierte en una aliada clave. Medir el comportamiento del entorno permite tomar decisiones informadas para volver a captar la atención de los transeúntes. Por ejemplo:
- Paseantes: cuántas personas pasan frente a la tienda
- Atracción: cuántas de esas personas entran al local
- Visitas reales: cuántos permanecen más de dos minutos dentro
- Conversión: cuántas personas compran
Con esta información, es posible:
- Detectar si el flujo peatonal está siendo absorbido por otros puntos
- Ajustar vitrinas o mensajes para destacar entre el entorno
- Optimizar horarios y distribución de personal según picos reales
- Medir el impacto de promociones o cambios en la experiencia de compra
Conocer el comportamiento real de las personas alrededor de tu tienda es el primer paso para volver a atraerlas hacia tu propuesta de valor.
3. Mejora el entorno inmediato
Acciones simples pero efectivas:
- Mantén accesos despejados y visualmente atractivos
- Usa señalética clara que se destaque entre la saturación visual
- Cuida la iluminación, limpieza y orden
- Si es posible, genera comunidad con otros negocios formales para compartir esfuerzos y estrategias
Conclusión:
El vendedor ambulante es una realidad del entorno urbano, especialmente en zonas de alto tránsito. Para las tiendas a pie de calle, el reto no es eliminar esa presencia, sino entenderla, adaptarse y superarla desde el valor agregado que solo el comercio formal puede ofrecer.
Con datos, estrategias enfocadas y una ejecución consistente, el comercio establecido puede seguir siendo competitivo, incluso en los entornos más desafiantes.