Con la llegada del Covid y el crecimiento del ecommerce, los protocolos de ventas en tiendas han tenido que adaptar sus procesos para tener un acercamiento puntual hacia el cliente sin descuidar las medidas sanitarias.
A diferencia de las ventas online, la mayor ventaja que tienen las tiendas físicas es el contacto humano entre vendedores y clientes. Esto puede ser un factor de alto convencimiento para cerrar una venta o incrementar el monto promedio por ticket.
Dado que los tiempos de permanencia dentro de un espacio cerrado son vitales para mitigar el riesgo de contagio, el pitch de los vendedores debe ser claro y puntual, el objetivo es lograr que la labor de venta sea ágil y efectiva para los compradores de corta estancia.
El valor más relevante para la nueva forma en que el servicio al cliente está caminando es el cuidado de la salud de los visitantes, hacer sentir cómodo y sin riesgo de contagio a los compradores será primordial en la construcción de las nuevas reglas de atención a los clientes.
El uso obligatorio de cubrebocas, caretas, el ofrecimiento constante de gel antibacterial y el montaje de un display adecuado a las normas de distanciamiento, ayudarán a cumplir este objetivo. Como apoyo las tiendas pueden usar herramientas que ayudan a transmitir seguridad a los clientes, como el semáforo de saturación de Getin, que mide la ocupación al interior de una tienda para cuidar la distancia social.
El servicio al cliente es una de las fortalezas que las tiendas deben aprovechar para invitar a que la gente se mantenga fiel a la marca y cada vez que tengan la necesidad de adquirir tu producto acudan a tu sucursal como primera opción.