En México existen dos grandes grupos de consumidores, los clientes que realizan la mayor parte de sus compras en tiendas físicas y aquellos que realizan su proceso de compra interactuando en el mundo digital y las tiendas físicas o clientes omnicanal.
Los compradores omnicanal se encuentra entre los 25 y 44 años de edad, pertenecen en su mayoría al nivel socioeconómico AB, C+ y C **. El 51% son hombres y 49% mujeres, de los cuales el 94% utilizan smartphones.
Los motivos por los que estos compradores se inclinan a usar las tiendas en línea es debido a que pueden recibir sus artículos en sus domicilios u oficinas, ahorran tiempo de compra y por el hecho de que puedan comparar precios antes de concretar la compra.
En promedio el comprador en el 2020 consulta cinco fuentes diferentes en internet antes de realizar una compra, siendo los buscadores como google la fuente principal para hacerlo.
Un dato importante para estos compradores en México es que recuerdan en promedio 3.4 marcas de forma espontánea cuando piensan en comprar productos o servicios por Internet.
8 de cada 10 clientes están satisfechos con el canal digital, para el 83% de ellos el atributo más importante de una página de ecommerce es la descripción del producto, en tanto el 34% se siente cómodo dejando sus datos personales guardados al momento de comprar en línea e incluso el 33% sigue a las marcas a las que les compra en redes sociales.
El otro grupo importante de compradores son los clientes offline cuyo mayor porcentaje se encuentran entre los 45 y 64 años de edad, pertenecen en su mayoría al nivel socioeconómico AB, C+ y C ** aunque estos compradores poseen a más personas de los niveles socioeconómicos C-, D+ y D ** que los compradores omnicanal. El 51% son mujeres y 49% hombres, de los cuales el 80% utilizan smartphones.
En este sector el 58% de las personas que efectúan compras en tiendas físicas, realizarían una compra en línea si se asegura la protección de la transacción en caso de fraude, en tanto que el 54% utilizaría este medio si existiera una forma más segura de pago.
El comprador offline del 2020 que no acostumbra usar el mundo digital, prefiere no arriesgarse a explorar este entorno.