De acuerdo con datos de la consultora Ernst & Young, las tendencias que perderán mayor popularidad serán la compra de ropa y los sectores que representen inversiones altas como electrónicos, muebles, la compra de automóviles y los bienes raíces.
Por otro lado el uso de tecnología mostrará un incremento significativo en acciones como educación en línea, reuniones por videollamadas, servicios de streaming, servicios de suscripción, pagos sin contacto y redes sociales.
La gente buscará empleos cuyo valor agregado sea el trabajo remoto o trabajos temporales, por lo que ya no será un factor determinante la cercanía del centro laboral con el lugar de residencia.
El nuevo consumidor será consciente del consumo local y la necesidad por apoyar a la comunidad, desarrollará hábitos de ahorro; mientras que acortará las salidas a sitios de esparcimiento, comidas fuera de casa y viajes al extranjero.
Existirá una nueva valoración sobre la salud mental y física, ejercicios y actividades al aire libre, alimentación sana y el uso de vitaminas.